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José Tomás

José Tomás Román Martín, nace en Galapagar, 1975. Matador de toros, es considerado una de las grandes figuras de la tauromaquia de finales del siglo XX y comienzos del XXI.

Sobrino-nieto del ganadero Victorino Martín, debutó de luces en febrero de 1991; con picadores en junio de 1993 y se presentó en Madrid como novillero en 1995. Tomó la alternativa en México el 10 de diciembre de ese mismo año, de manos de Jorge Gutiérrez y con Manolo Mejía como testigo, con un toro de Xajai. La confirmación en Madrid fue en mayo de 1996, con José Ortega Cano y con Jesulín de Ubrique como testigo.

José Tomás lanzó su carrera en México, donde se formó para llegar a España con un espléndido rodaje como novillero. Ya como matador, los más importantes cosos de su país, como las Monumentales de las Ventas y de Barcelona, se rindieron a su arte. Su singularidad radica particularmente por una valentía cercana al desprecio del riesgo, unido a unas excepcionales cualidades para el toreo al natural, gran habilidad con la espada y una enorme capacidad para rendir al máximo en las plazas y ante las ganaderías más difíciles. Especialmente brillante es su toreo con la mano izquierda, situándose muy cruzado con el toro y ejecutando la suerte con gran pureza, lo que le ha costado varias cornadas graves y, a la vez, le ha consagrado como uno de los mejores toreros de las últimas generaciones, junto a Enrique Ponce y Joselito.

Su llegada a las grandes ferias supuso casi una revolución en el escalafón taurino y, probablemente, la apertura de una nueva época en el mundo de los toros. En septiembre de 2002, anunció su retirada temporal de los ruedos; regresó a los mismos, el 17 de junio de 2007, de forma triunfal, cortando tres orejas a su lote y abriendo la Puerta Grande de la Monumental de Barcelona. Desde entonces, ha levantado una gran expectación en cada una de sus escasas apariciones, en las que sigue cosechando numerosos triunfos, no exentos de espectaculares cogidas.

Liber Ediciones ha editado varias obras al arte del toreo, la última, dedicada a la fiesta taurina, en la que se enlazan una selección de poemas de todos los tiempos relacionados con esta temática, con una colección de grabados realizados por Vicente Arnás, inspirados en la figura de este torero, como paradigma de la entrega del maestro a la faena. El título que se le dio a la obra fue José Tomás, hombre, torero y mito.

El pintor Arnás, también dedicó una carpeta de grabados al maestro José Tomás y a su especial vínculo con la ciudad de Aguascalientes, lugar donde sufrió una gravísima cogida que le apartó de las plazas por un largo tiempo. Se trata de una edición limitada en gran formato, titulada Aguascalientes.