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Pablo Picasso

Pintor, escultor y grabador (Málaga 1881-Mougins 1973), tomó el nombre de su madre, italiana. Junto a su familia, se trasladó a Barcelona en 1895, estudió en la Llotja y a los dieciséis años realizó su primera exposición. En 1900 visitó la Exposición Universal de París y vendió sus primeras obras a Berthe Weill, marchante de arte. De vuelta a España, Picasso vivió en Madrid y tras varios viajes, se estableció en París ya en 1904 donde vivió en el Bâteau Lavoir entrando en relación con pintores fauves y otros poetas que pronto formaron el movimiento cubista. Picasso expuso en la Galería de Vollard.

Su producción artística entre 1902 y 1904 es conocida como la época azul y se caracteriza por la presentación de tristes figuras de indigentes. Las tonalidades de sus dibujos oscilan entre el azul, el blanco opaco y el gris. En este período recibe marcadas influencias de los artistas de fines del siglo XIX entre los que destaca Toulouse-Lautrec. También se intuía una posible relación con el Greco, por la extremada delgadez de sus figuras y los tonos fríos. En 1905, conoció a Gillaume Apolinaire y también al coleccionista ruso Schtoukine, en este momento cambia su paleta hacia los tonos rosas y rojos, concentrando sus argumentos en acróbatas pensativos, jóvenes sobre caballos y payasos en actitudes serias.

La estilización de sus figuras llevó al artista a asumir planteamientos cubistas hacia el año 1906 y 1907 ya manifiestos en sus conocidas Mademoiselles d’Avignon, que lo relacionan con algunos modelos de su etapa rosa. Es en este momento, es patente también la huella de Cézanne al considerar que en la naturaleza se encuentran ciertas formas geométricas fundamentales. Nace así el cubismo primitivo y lo podemos observar en algunos de sus paisajes y naturalezas muertas.

A partir de 1910, Picasso comenzó a presentar estudios analíticos de sus figuras. Aun reduciendo las formas de sus figuras a equivalentes esencialmente geométricos, en especial el arco, la superficie plana, el cono, la pirámide y la línea, Picasso logró algo más que una firme semejanza con las formas naturales, las analizó de manera que los distintos lados y partes de las formas pudieran ser vistos simultáneamente por el espectador. Durante esta revolución de la forma, usó un número limitado de colores; las primeras telas analíticas solo contenían colores simples como el verde, azul o marrón, añadiendo una tonalidad rojiza y grisácea.

El llamado cubismo sintético se manifiesta hacia el año 1912, es el momento en el que introduce en sus pinturas pedazos de papel encolados, en particular números y letras recortados de periódicos. Estas obras se conocieron como papiers collés o collages. Entre los años 1914 y 1920, Picasso pintó en un estilo más fácil y decorativo, usando en ocasiones una manera vivaz, con puntos parecidos al confeti, conocido como el cubismo rococó, por su relación con la minuciosidad y el formalismo del rococó francés del siglo XVIII. Es a fines de los año 20 y a mediados de los años 30, cuando sus pinturas y sus obras gráficas presentaban deformaciones cualitativas y fantasías imaginativas fuertemente surrealistas, mientras que los colores se seguían limitando a los fundamentales tal y como lo apreciamos en su afamado Guernica.

Tras la Guerra Mundial, Picasso renació en su producción, interesándose esencialmente por la litografía. En la década de los 60 completó una serie de pinturas al óleo sobre temas de Velázquez y de Delacroix.

El puesto ocupado por Picasso en la Historia del Arte es de excepcional importancia: no solo ha sido el más autorizado de los maestros del siglo XX, sino que su contribución figura en el cuadro de todos los gigantes de la expresión creativa del pasado y del presente. La conquista más monumental de su arte consiste en la creación del Cubismo, cuya estética, en alguna medida, ha tenido repercusión en casi todos los artistas europeos y americanos y en los movimientos artísticos más relevantes a partir de 1907.

Por lo que respecta al arte gráfico donde Picasso destacó en su producción al aguafuerte, Liber Ediciones recoge su obra sobre la Suite Vollard.