Nace en París, el 28 de septiembre de 1803. De padres pintores, las letras no eran el destino que sus padres auguraban para él.
Este autor, prestigioso hispanista y eslavista, historiador y arqueólogo francés pronto demostró un enamorado interés por España y su cultura que se refleja en su novela más destacada, Carmen.
Mérimée estudió Derecho y varias lenguas: griego, árabe, inglés y ruso. Viajó en siete ocasiones a España, y de estos viajes dejó testimonio escrito en artículos de costumbres y cartas.
Tras un encuentro fortuito con el que sería años después conde de Montijo, Mérimée se convertiría en amigo íntimo de la familia. Cuando la hija de los condes (a la que conoce desde niña) se convirtió en 1853 en la emperatriz Eugenia de Francia al casarse con Napoleón III, llegó a ser nombrado senador y oficial de la Legión de Honor.
En 1834 se convierte en inspector general de monumentos históricos. Ocupó este cargo hasta 1860, y gracias a su labor se conserva buena parte del patrimonio artístico francés. En 1844 fue nombrado miembro de la Academia francesa con el sillón número 25.
Cuando Mérimée muere en Cannes en 1870, deja la imagen de un arqueólogo erudito que escribió una docena de obras breves, sobre todo novelas (El teatro de Clara Gazul, 1825, Crónica del reinado de Carlos IV, 1829, La toma del reducto, 1829, Los ánimos del purgatorio, 1834, Colomba, 1840, Carmen 1845, Lokis 1869, etc.) que, casi medio siglo después, continúan siendo portadoras de gérmenes románticos en su paso hacia el realismo.
Liber Ediciones editó su novela más reconocida, Carmen, con traducción, epílogo y anotaciones de Mauro Armiño y grabados de Natalio Bayo; además del diseño de una nueva tipografía denominada Carmen, realizada por Andreu Balius.