Un talante creador en el panorama actual de la pintura figurativa española
El pintor, dibujante y grabador Vicente Arnás Lozano, nació en Madrid, en 1949. Desde muy temprana edad se inicia en el dibujo y la pintura trabajando también como publicitario. Su iconografía es claramente personal pues participa tanto del realismo mágico como del surrealismo crítico. Es considerado un autodidacta, en el sentido más puro de la palabra, fondea en la investigación y en la búsqueda de distintas técnicas y materiales, tanto en la pintura como en las técnicas mixtas.
Su trayectoria ha sido muy rica en exposiciones individuales y colectivas, con las que recorre España y el extranjero, hasta llegar a Nueva York. Es Académico Correspondiente de la Real Academia de BBAA de Santa Isabel de Hungría, de Sevilla y ha logrado diversos premios.
De manera sobresaliente, destaca su alta calidad de grabador, que resalta de manera especial en sus inconfundibles Tauromaquias. Con Liber Ediciones ha colaborado ilustrando obras como: La Tauromaquia -doce aguafuertes y texto de Teófilo Gautier-; José Tomás: Hombre, Torero y Mito –once grabados y selección de poemas- , el Juramento Hipocrático -grabado a la manera negra- y diferentes grabados para El Príncipe, en la que colabora con cinco grabados.
En esta ocasión, nos mostró algunos de sus trabajos de ámbito taurino y su libro de apuntas, mientras preparaba un dibujo especial cerca de una de sus últimas colaboraciones con Liber Ediciones, la carpeta Aguascalientes, compuesta por tres grabados a color de gran tamaño, 38.50 cm, firmados por el artista, que se han inspirado en el torero José Tomás y su especial significación con la ciudad mexicana de Aguascalientes, donde reside gran parte del año y le vio renacer en 2010, tras la gravísima cogida que tuvo en la feria San Marcos de abril.
Arnás, pintor, grabador o el dibujante, su exquisito trazo minucioso, dotado de excepcional fantasía desbordada, elegancia, ensoñación, escapada constante a los planetas de lo entrevisto, hacen siempre de su obra una experiencia inigualable.
Decía Mauro Antolín Paz -quien fue Presidente de la Asociación de Críticos de Arte de Madrid-, que Arnás no se parecía a nadie; su mundo, intransferible, nace y acaba en él; la perfección de su dibujo, su maestría pictórica, su asombroso dominio de las distintas técnicas, componen el admirable oficio, que él pone al servicio de su extraordinario talento creador.