Es un artista -en palabras de Camilo José Cela– «cautivadoramente perfecto, peligrosa y dulce y cruelmente perfecto. No tiene parientes artísticos ni en los museos ni en la vida, porque su pintura es la misma vida zambullida en una hierática y también emocionada aura de poesía, y esto sólo puede decirse de uno entre mil pintores».
Madrid 1926-2015. Su afición por el arte despertó en el taller de encuadernación de su padre, y aunque cruzó por las aulas de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid y la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, él se considera un autodidacta. Se significó primeramente como ilustrador, obteniendo por su producción gráfica el Premio Lazarillo de ilustración de literatura infantil en 1963, la Tercera Medalla de la Bienal de Bratislava en 1967 y fue finalista en tres ocasiones del Premio Internacional Andersen. En este género creó el personaje Bunda, que obtuvo un resonante éxito en las páginas de la revista francesa Lui.
En el año 1969 expuso su obra en la Sala Studio de Madrid. A partir de ahí se sucedieron sus exposiciones en la Galería Tolmo de Toledo entre 1972 y 1976, sala Saint Michel de Madrid en 1973, la Piquio de Santander en 1973 y en la Caja de Ahorros de Tenerife en 1974; en la Galería El Coleccionista de Madrid, la Lemanjá en París, el Centro Cultural de Toulouse, la Casa de Colón en Las Palmas, la Latina de Palma de Mallorca, la Rembrandt de Alicante, Balboa de Madrid, Siena de Valencia, Zen de Murcia, Zapiceek de Varsovia, etc.
Sus comienzos pictóricos se produjeron dentro del realismo social, en el que destacó por la fuerza expresiva de su estilo. Sin embargo, el reconocimiento público por el conjunto de su obra lo situó –junto con Andrés Sillero y Eduardo Úrculo- entre los iniciadores del arte erótico en España. Dentro de esa corriente, con el pretexto continuado de la belleza corporal femenina, supo recrear un mundo personal de sueños y de símbolos, que declaran su querencia surrealista.
En la década de los ochenta reduce el número de sus exposiciones personales e ilustra para diversas editoriales, donde demuestra su magistral sabiduría como ilustrador y grabador. Es por encargo de Liber Ediciones que realiza obras como La Celestina, Salomé, Codex Calixtinus, Mundo, demonio y carne (Segundo Premio Nacional al Libro Mejor Editado en 2007) o el Decamerón (Primer Premio Nacional al Libro Mejor Editado en 2005) obra con la que cumple su mayor y más total sueño de artista al ilustrar la obra cumbre de Boccaccio, Juramento Hipocrático, el Azoth, Las Musas (Segundo Premio Nacional al Libro Mejor editado en 2011) y Amantes célebres (Primer Premio Nacional al Libro Mejor editado en 2015). Sus grabados ocupan diferentes técnicas, destacan sus aguafuertes realizados a la manera negra, aguafuerte con aguatinta, aguafuerte, punta seca, aguafuerte al azúcar, barniz blando, litografía, xilografía, serigrafía.
Como apuntó el recordado Presidente de la Asociación de Críticos de Madrid, Mario Antolín Paz «si se puede hablar de cinco grandes maestros ilustradores en todo el mundo, Celedonio Perellón, sin duda, es uno de ellos».
Perellón fue un dibujante excepcional y pintor de inconfundible personalidad, hizo del desnudo femenino el eterno paisaje de su obra. Un paisaje vivo, cambiante, irónico, lírico, sensual, inquietante, erótico, tímido y pornográfico, sereno y violento, sobre el que su talento de dibujante y pintor, crea, con el pretexto de la arquitectura femenina, un mundo personal de sueños y de símbolos, pleno de raíces surreales y de poemas susurrados a media voz.
Celedonio Perellón está representado en el Museo Casa Colón de Las Palmas, Museo del Dibujo Castillo de Larrés (Huesca), Museo Taurino de Madrid, en el Gabinete de Estampas de la Biblioteca Nacional, en el Museo del Grabado Español Contemporáneo (MGEC), en la colección de dibujos y grabados de Liber Ediciones, en el German book and Type Museum de Leipzig, y en numerosas colecciones particulares.