Nacido caballero de La Marck en Picardía, en 1744, fue el undécimo hijo de una familia moderadamente acomodada. Inicialmente orientado al sacerdocio, pero desprovisto de vocación, ingresa como voluntario en un regimiento de infantería en Westphalie. Destaca por su valor y recibe el grado de oficial; posteriormente es trasladado a Mónaco, donde inicia un interés por el reino vegetal, al descubrir y adquirir una obra: l Abrégé de l´histoire des plantes usuelles. Con dieciocho años, J. B. Lamarck emprende de manera apasionada el estudio de la flora de la región, rica en géneros y especies diversas.
Ya instalado en París, sigue los cursos de la Escuela de Medicina y conoce el jardín y el Gabinete del Rey, donde reina un espíritu más liberal que en la Sorbona o la Escuela de Medicina. Cautivado por ese tipo de enseñanza, abandona los cursos de medicina y sigue los cursos de botánica impartidos en el jardín del Rey por Bernard de Jussieu. Es entonces cuando emprende su trabajo innovador: la realización de una flora francesa adoptando la nomenclatura binomial de Linneo, y por primera vez según una disposición dicotómica, construida mediante un sistema establecido a partir de las plantas más simples (algas, hongos) y hacia las más complejas.
Motivado por la habilidad del joven naturalista y consciente de la importancia de esta obra, Buffon hace de Lamarck su protegido y obtiene para él el privilegio de la publicación en la Imprenta Real, con los gastos a cargo del gobierno. Los tres volúmenes de «Flore françoise ou description succincte de toutes les plantes qui croissent naturellement en France», se imprimieron en 1778. Esta flora está dispuesta según un nuevo método de análisis que une, a la descripción de las plantas, su utilidad en medicina y en las artes. En 1779, Lamarck es nombrado adjunto en la clase de botánica de la Academia de Ciencias.
Esta obra alcanzará rápidamente un éxito considerable y será muy apreciada por académicos y otros personajes influyentes de la época. Comenzará a viajar por diferentes lugares de Europa y consigue que los vegetales sean dibujados por artistas eminentes. A su vez, el Gabinete del Rey continúa recibiendo aportaciones de grandes expediciones alrededor del mundo y realiza el fabuloso trabajo que constituye la Botanique de Lamarck.
En 1793, año en que aparecen los dos primeros tomos del Dictionnaire de Botanique de la Encyclopédie Méthodique Lamarck es nombrado botánico asociado de la Academia de Ciencias y profesor de Zoología de los Insectos, Gusanos y Animales microscópicos una vez votada por la Convención la reorganización del establecimiento y la creación del Muséum National d’Histoire Naturelle, en esa misma fecha.
La concesión de dicha cátedra le permitió abordar una visión global, la más magistral que se haya construido del mundo vivo. La obra de Lamarck representa un hecho decisivo en el dominio de la reflexión y el conocimiento, de tal forma que asociando la herencia de Lamarck y sus contemporáneos a los conceptos modernos, tenemos el punto de partida de la auténtica biología.
En el momento en que Lamarck es nombrado zoólogo, su conocimiento y sus proposiciones relativas al mundo vivo, serán percibidos de una manera mucho más amplia. De esta forma, al asimilar las leyes que rigen la vida vegetal y animal, añadir su saber y sus importantes aportaciones en los dominios de la paleontología y la geología, las obras nacidas a partir de ese momento lo convierten en el autor de la primera teoría de la evolución.
Así, partiendo de la zoología, Lamarck orienta su reflexión hacia la meteorología, la química y la biología en general y la eleva finalmente hasta el hombre.
Conviene precisar que entre los trabajos de botánica debidos a este naturalista este autor también participó de manera activa en el Journal d´Histoire Náturelle, primera revista francesa completamente dedicada a esta ciencia.