Dublín, 1854 – París, 1900, escritor, poeta y dramaturgo, cursó estudios universitarios en Dublín y Oxford alternándolos con viajes a Italia y Grecia y la publicación de sus primeros poemas en diversos periódicos y revistas. Comenzó además a dar conferencias en EEUU, Canadá, Gran Bretaña y Francia para exponer su teoría sobre la filosofía estética, que defendía «el arte por el arte» sentando las bases de lo que posteriormente pasó a llamarse dandismo.
Reconocido por su ingenio, se considera uno de los dramaturgos más destacados del Londres victoriano tardío por sus obras de teatro, a las que hay que añadir su única novela El retrato de Dorian Gray, el libro de cuentos El príncipe feliz, y otras obras como El crimen de lord Arthur Saville, o la obra que escribió tras su trágico encarcelamiento por ser acusado de homosexual, Balada de la cárcel de Reading.
Su popularidad como dramaturgo sin embargo, no disminuyó, y aprovechó la oportunidad que le daba el teatro para desarrollar con precisión detalles estéticos y combinarlos con temas sociales. Así, en París, escribió Salomé en francés, aunque prohibieron temporalmente su representación, por la presencia de personajes bíblicos. Imperturbable, escribió La importancia de llamarse Ernesto y obras de diálogos vivos y cargados de ironía, como las cuatro Comedias divertidas para gente seria.
En el centenario de su muerte, Liber Ediciones, editó su célebre Salomé, en una edición de Alta Bibliofilia que cuenta con traducción y anotaciones de Mauro Armiño e ilustraciones del artista Celedonio Perellón. Perellón, consigue recrear el mito de Salomé desde el interior, integrando la realidad histórica con el sueño tensamente erótico de la protagonista.